¿Cuándo me di cuenta que el mundo se iba a la mierda?



Por norma general, esta pregunta tendría como respuesta una variedad bastante amplia que sería del estilo:

- Cuando aumentaron los precios y bajaron los salarios...
- Cuando el desempleo no hizo más que crecer...
- Con el desencanto social ante la situación político-económica...

Sí, todas ellas son buenas respuestas de cómo se fue el mundo a la mierda. Pero no de cuándo nos dimos cuenta.

Desde pequeña, siempre fui consciente de ello. Los animales en peligro de extinción, los territorios que sufrían terribles catástrofes a manos del ser humano (deforestación, inundaciones...). Incluso de niña le escribí una carta al presidente que había en aquel momento con mis ideas de cómo se podía arreglar el país. Creo que mis padres la enviaron, ignoro si el Presidente se echó unas risas con ella. De cualquier manera, era consciente. Luego, al crecer tuve más datos del mundo. Guerras históricas y los horrores de los que es capaz el ser humano (no hace falta señalar solo al Holocausto, con mirar cualquier historia de cualquier país, nos podemos sentir horrorizados).

Todo esto produce un desencanto general en una niña que es capaz de escribirle una carta a su presidente para decirle qué es lo que está haciendo mal y qué debería hacer para solucionarlo. No obstante, no me dejé llevar por ese pesar, por esa deprimente conciencia social del mundo actual. No. Porque también había esperanza.

Los actos buenos están igual de presentes en la vida diaria del ser humano. No hacen falta grandes salvamentos como los que realizan Cáritas, Médicos sin Fronteras, Greenpeace, etcétera. Con que en el día a día uno se encuentre con pequeños gestos, es feliz y tiene esperanza. Si uno piensa en los terribles actos de guerra y opresión, entonces es consciente también de la existencia de grupos "subversivos", rebeldes a la causa de la libertad que luchan por acabar con esa opresión. No voy a exaltar ningún grupo por el estilo, ni poner como santos a los rebeldes cuando en ocasiones sus actos de rebeldía van contra un estado que no es totalmente opresor y se dejan llevar por una idea radical. No entraré en esos detalles.

Pondré un hecho histórico. La Rusia zarista. Una tradición en que unos pocos tenían todo el poder mientras el pueblo se moría de hambre y ellos continuaban con sus enormes fiestas y celebraciones. Bien, conocemos la historia. Liquidaron a los zares, el pueblo se alzó y comenzó un nuevo régimen. No entraré en más detalles porque éste punto es el que me importa. Siempre que hay opresión, hay posibilidades de lucha.

Y aquí estoy yo, en pleno 2014, una amante del pasado, la Historia y las historias. Creciendo con miles de guerreros y soldados de otros tiempos y mundos que han luchado contra la opresión, creo en la posibilidad de lucha contra la injusticia. Creciendo con la conciencia de saber que en algún momento el pueblo debe alzarse para luchar, espero ese momento para combatir hombro con hombro con hermanos y hermanas que de la misma forma busque luchar por sus derechos. Y siendo una idealista como soy... ¿cuándo me di cuenta que el mundo se fue a la mierda?

Hace muy poco, en realidad. Cuando comenzó esta caza de libre pensadores en Internet (no justificaré algunos comentarios, ni entraré en debate sobre lo correcto o incorrecto que pudieran ser algunos de ellos. Porque eso lleva a otra entrada que haré en otro momento). La cuestión es que ahora, cuando uno opina algo que no es de agrado del gobierno, pueden venir a encarcelarlo. Sí, esto ya se parece más a una dictadura donde el mayor de los crímenes es el "crimental" (nombre que me permito tomar de 1984 de George Orwell). Estaba en desacuerdo con esta nueva política, pero como por normal general tengo cuidado con lo que opino (las palabras se las lleva el aire pero lo que uno escribe queda registrado) hasta que sucedió algo que no esperaba.

Mi madre me dijo "tené cuidado con lo que ponés". Ella, que junto con mi padre me educaron para pensar con libertad y claridad, que tuviera mi propia opinión y voz sobre lo que sucedía. Ella, que siempre me instigó a que defendiera mis ideas. Ella que defiende a sus hijos a capa y espada... Ella me dio esa advertencia. Ahí fue cuando me di cuenta de que el mundo se había ido a la mierda. Porque si mis padres, que vivieron en su juventud los estragos de la dictadura, el primer consejo que me dan es "cuidado con lo que ponés"... ¿En qué mundo estoy viviendo que ya no puedo pensar con libertad? Si los padres, que son la piedra angular de la seguridad de todo hijo, toman precauciones y temen... ¿Qué opinión tengo que tener sobre el mundo que me rodea?

De momento fue solo una advertencia, aún queda mucho tiempo para luchar. Lo importante, es que las palabras lleguen a todos, que todos puedan oirlas, que no nos callen. Y como leí el otro día en una frase que me gustó mucho:

Si me encierran por lo que escribo,
¿qué me harán cuando sepan lo que pienso?

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